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El equipo de Gerardo Seoane está completando una gran campaña en la Bundesliga, asentándose como uno de los equipos aspirantes a disputar el trono del Bayern, aunque todavía muy lejos de tener opciones reales de competir por el trono alemán. En este artículo el analista Fernando Núñez desgrana las claves de un equipo que tiene como objetivo volver a alcanzar los niveles de competitividad que demostró hace dos décadas.
En Alemania, cuando se habla de Bayern, todos nos acordamos del Bayern de Múnich, ese equipo cuyo dominio es tan grande que es casi una sorpresa que no se lleve la ensaladera a final de temporada. El rodillo alemán a veces lo es también en Europa, donde se ha proclamado varias veces campeón de la Champions League, aunque menos de las que posiblemente debería de ganar. La falta de competidor en esa liga es una verdadera lacra para un equipo que la mayoría de las temporadas ganan la liga en marzo.
Pero cuando hablamos de Bayer realmente hay que hablar del Leverkusen, el equipo de la aspirina como se le conoce. También es un grande, pero en las últimas temporadas era un gigante dormido que poco a poco ha ido recuperando su lugar hasta pelear por su actual posición, la tercera plaza que además da posibilidad a jugar la Champions League.
Con un ritmo muy alto tanto a nivel ofensivo como defensivo, el equipo de Leverkusen marcha con paso firme hacia la tercera plaza y volver a probar su nivel compitiendo en la máxima competición continental.
Una de las señas de identidad de este equipo es su capacidad para presionar. Deja que el rival saque en corto, para después avanzar y presionar de manera muy intensa. Orientan sobre todo al rival hacia las bandas, y es ahí cuando intensifican la presión realizando marcas hombre a hombre sin dejar un solo apoyo al poseedor del balón, obligándolo a jugar hacia atrás y acabando en un golpeo precipitado, sin precisión, que acaba la mayoría de las veces en recuperación.
A nivel defensivo comienzan con un posicionamiento en bloque medio, para luego acabar en bloque alto por la presión. Pero si superan esa presión, el equipo se dispone en un 1-4-4-2 juntando muchos jugadores por dentro para resguardar el medio haciendo que el rival tenga que jugar por banda, que es donde mejor hacen la presión.
De esta forma se hacen fuertes por dentro mediante la acumulación de gente y hacen casi impenetrable la zona central, teniendo que recurrir el rival a las bandas y laterales, un aspecto que pueden permitirse debido al dominio de sus defensores en el juego aéreo.
A la hora de defender estos centros acumulan hasta 6 jugadores, dispuestos en 3 de ellos cercanos a la portería, colocándose uno en el pico del área pequeña más cercano a la banda del balón, otro en el medio y otro casi en el segundo palo.
La segunda línea se ubica un metro más adelante y se coloca de la misma forma que la anterior, por lo que dominan el área totalmente. Además, se ubican dos jugadores al borde para recoger los rechaces.
En ataque inicialmente es un equipo que arriesga con la salida en corto, por lo que su primera disposición con centrales abiertos y laterales profundos, sumándose dos medios por dentro, es la clave para iniciar la jugada en un lado y terminar por el otro para encontrar los espacios libres.
Los triángulos que forman los medios con los centrales y esa circulación es clave para atraer a los rivales y tener una salida lo más limpia posible, dándole ventaja a los jugadores de arriba y dejándoles espacios a la espalda de la defensa rival. Es clave la movilidad de los medios para formar esos triángulos de circulación.
Pero como buen equipo con recursos tácticos, también tienen un plan B si la presión del rival es asfixiante y no deja avanzar, con un balón en largo hacia el delantero y dos medios que se disponen para que deje de cara ese balón y montar el ataque con velocidad hacia las bandas.
En esta faceta el equipo de la aspirina lo tiene muy claro. Y es que en los últimos metros le mete mucha velocidad a su juego, aprovechándose que sus jugadores de arriba son muy potentes. Es por ello que cada vez que tiene el balón, salen con mucha decisión a finalizar la jugada lo más rápido posible, abriéndose dos jugadores hacia la banda, otros dos por dentro y el poseedor del balón conduce, lo que genera dudas en el rival sobre qué jugador debe tener la marca y si salir a presionar al poseedor, puesto que eso implicaría dejar espacios y jugadores libres.
Pero es que además tienen capacidad de elaboración, con la buena movilidad de sus mediocentros y su mediapunta, con su movimiento entre líneas, lo que hace que sea un equipo difícil de defender.
Si el ataque lo basaban en alto ritmo de juego en los metros finales, en esta faceta son un equipo muy fuerte debido a que las características de sus jugadores de ataque son idóneas para una transición rápida y peligrosa. Salen dos jugadores abriéndose a banda a toda velocidad, con otro atacante por delante del balón abriendo espacios con sus desmarques de ruptura y el poseedor del balón conduciendo a toda velocidad por el carril central, buscando el pase hacia ellos para presentarlos solo delante del portero y que finalicen en ventaja.
Tras pérdida de posesión, los jugadores más cercanos al balón son capaces de presionar a ritmo alto, no dejando espacio a los rivales para que puedan avanzar. De esta forma provocan que den un pase hacia atrás y poder presionar a mayor ritmo, ya con todo el equipo posicionado para tener más opciones de robar de manera rápida y en zonas muy peligrosas para el rival.
Se puede concluir que el conjunto entrenado por Gerardo Seoane es un equipo que de la mano del preparador suizo ha ido recuperando la esencia de rodillo alemán, un equipo que no deja respirar al rival cuando no tiene la posesión del balón, con presión muy alta, marcas férreas y un ritmo alto defensivo.
Esto se combina con un ataque lleno de verticalidad y mucha velocidad, lo que hace que los partidos sean abiertos y muy vistosos. Además de ello ha conseguido que los rivales tengan muchas dificultades para aguantarles el ritmo, ya que mantener esa alta intensidad durante 90 minutos no es nada fácil. Seguramente por esta razón no sea casualidad que el Bayer Leverkusen anote tantos goles en los últimos minutos, llevándose varios puntos en los instantes finales.
En la Bundesliga es necesaria la aparición de equipos que le puedan competir al Bayern de Múnich. El Dormundt poco a poco va alcanzando ese nivel, igual que la irrupción de un Leipzig que a pesar que todos los años pierda algunos de sus jugadores más importantes que ponen rumbo a equipos más grandes, la academia Red Bull sigue dando buenos frutos y sigue siendo un equipo muy competitivo tanto a nivel doméstico como en Europa.
Es por ello que la irrupción de nuevo del equipo de la aspirina supone una buena noticia para el fútbol alemán, que revive la ilusión de un nuevo equipo que le compita realmente la liga al incontestable Bayern de Múnich.
Fernando Nuñez
Colaborador de KlipDraw
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